Con Logan, de Marvel Studios, nos encontramos frente a una película llena de paradojas y contradicciones.
La primera y más destacada es que el filme se vende como el último capítulo del personaje de Lobezno, cuando que todos sepamos el todopoderoso Wolverine es, y siempre ha sido, inmortal por definición.
Otra paradoja a la que asistimos es la mezcla entre una cinta de marcado carácter violento que a su vez hace gala de un fondo sensible y está repleta de sentimentalismos.
Y finalmente sorprende que lo que debería ser el cierre de una etapa acaba dejándonos con dudas de hasta qué punto va a ser la última vez que veamos a un Lobezno, aunque quizás no se trate del Logan de siempre, a la vez que nos presenta lo que podría ser un claro heredero del superhéroe de las temidas garras mortales.
Muchas contradicciones en un filme que arranca al estilo post-apocalíptico para mostrarnos a los mutantes es su peor momento, casi extintos, sin un líder claro y reducidos a meras ratas de laboratorio. Si bien esto puede sonar a más de lo mismo, nada más lejos de la realidad, pues el filme es en este sentido oscuro y realista, como corresponde al personaje de Logan.
Si algo hay que agradecer a la película es esa capacidad de mostrarnos el mundo tal y como lo ve el siempre sombrío y crudo Lobezno. Sentimos en nuestras propias carnes la impotencia de lo injusto, lo duro de la decadencia, para darnos un baño de realidad poco habitual en la saga X-Men.
Es inevitable mencionar hasta qué punto la evolución del personaje de Logan nos recuerda en el filme al mítico John McClane de «La Jungla», no solo por la famosa camiseta interior sino por su progresiva degradación y por el viacrucis que vive digno casi de «La Pasión de Cristo» de Mel Gibson. En momentos llega a hacerse difícil de soportar el martirio permanente y progresivo deterioro de un personaje que en ningún momento llega a ofrecernos su mejor cara y al que todos queremos y admiramos.
Aún así, hablando de paradojas, este lúgubre filme nos ofrece también esperanza y futuro a la vez que muerte y decadencia, inocencia y bondad a la vez que cinismo y crueldad. Sin duda una extraña mezcla de sentimientos aderezados, como no podia ser de otra manera, con impactantes escenas de acción y grandes efectos visuales.
Sin sus poderes, por primera vez, Wolverine es verdaderamente vulnerable. Después de una vida de dolor y angustia, sin rumbo y perdido en el mundo donde los X-Men son leyenda, su mentor Charles Xavier lo convence de asumir una última misión: proteger a una joven que será la única esperanza para la raza mutante… Tercera y última película protagonizada por Hugh Jackman en el papel de Lobezno.
En cuanto al reparto, destacar las actuaciones de casi todos los actores principales, que ejecutan un gran trabajo comenzando por un Hugh Jackman que consigue dar la sensación de interpretarse a sí mismo. Le acompañan un magnífico, como siempre, Sir Patrick Stewart y una brillante Dafne Keen que debuta dejando una gran impresión. Mencionar también al cómico Stephen Merchant, gran sorpresa de este genial reparto que borda su papel secundario.
En definitiva, Logan es un drama mayúsculo, ya no solo en el concepto, que lo es por ser el fin de un personaje muy carismático, sino por el estado en que se nos muestra el gran Xavier y por la carga emocional que contiene todo el filme. Si sois de lágrima fácil probablemente os sorprenderéis llorando a moco tendido en una película de Marvel sobre superhéroes, no es para menos la verdad.
JORDI CIERCO
Tráiler de Logan
Director: James Mangold
Reparto: Hugh Jackman, Patrick Stewart, Dafne Keen, Boyd Holbrook, Stephen Merchant, Elizabeth Rodriguez, Richard E. Grant, Doris Morgado, Han Soto, Julia Holt, Elise Neal, Al Coronel
Año / País: 2017 / Estados Unidos
Título original: Logan
Duración: 135 min.
Estreno: 3 de marzo de 2017
Guion: Scott Frank, James Mangold, Michael Green (Historia: James Mangold)
Música: Marco Beltrami
Fotografía: John Mathieson
Productora: 20th Century Fox / Donners’ Company / Marvel Entertainment / TSG Entertainment
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