Drácula

Drácula : La sangre es vida

No deja de sonar en mi cabeza en un bucle casi infinito la música que el compositor polaco Wojciech Kilar creó para dar vida sonora a un ser muerto, al vampiro más conocido de la literatura, a nuestro querido y amado Conde Drácula. Un personaje conocido por todos, pero al que creo que pocas veces se le ha hecho justicia en una adaptación cinematográfica. Multitud de Condes han inundado la pantalla a lo largo de los años, y sin embargo, en contadas ocasiones hemos sentido la magia que transmitía la novela de Bram Stoker.

La versión de Francis Ford Coppola que realizó en el año 1992 llegó para quedarse dentro de nosotros. Para inyectarnos vida a través del cine, para hacernos sentir sensaciones nuevas en una historia romántica y lleno de terror, precisamente dos de las sensaciones más poderosas que un ser humano puede encontrar.

La historia es conocida por todos; el joven abogado Jonathan Harker (Keanu Reeves) viaja a Transilvania para conocer al Conde Drácula (Gary Oldman); un ser que vive en un apartado castillo. Pronto El Conde quedará fascinado por una fotografía de Mina(Winona Ryder), la novia de Harker, y su parecido con su antiguo trágico amor, su querida Elisabeta. Drácula viajará a Inglaterra para poder conquistar a Mina, no sin dejar escapar la ocasión para seducir a Lucy, la mejor amiga de Mina.

El prólogo de la película (inexistente en la obra de Stoker) nos sirve para presentar la historia de amor entre Vlad y Elisabeta y su posterior conversión en vampiro tras el suicidio de ella. Posiblemente nos encontremos ante uno de los mejores prólogos de la historia del cine, visualmente arrollador, con la secuencia de los empalamientos en una especie de teatro chino de sombras que luego será utilizado en otra ocasión y dará más sentido todavía a la escena. Predomina el color rojo, y podemos sentir en nuestra piel toda la irá de Vlad al clavar su espada en la cruz mientras maldice a todos y a todo, renegando de la vida y transformándose en vampiro.

Con homenajes a distintas versiones del mismo personaje (pasando desde Nosferatu y su juego con las sombras, la secuencia de presentación de Drácula copiando a Bela Lugosi, o distintos guiños a la época de la Hammer, rodeados de grandes secundarios, como el profesor Van Helsing (Anthony Hopkins) o la ardiente Lucy (Sadie Frost) entre otros, y una puesta de escena y vestuario como en pocas ocasiones hemos visto en el cine, “Drácula, de Bram Stoker” se convierte en una auténtica obra de arte. Una película que nos hace reconciliarnos con los vampiros de siempre, con las grandes y trágicas historias de amor, cargada de sensualidad y elegancia, y con ese tipo de cine con aromas góticos que sabe a clásico, que lo ves y sientes que algo grande se despliega frente a tus ojos.

Por último reseñar el debut en Hollywood de Mónica Bellucci, en un pequeño papel interpretando a una de las tres novias de Drácula que habitan en su castillo, dando lugar a una de las mejores escenas del film.

Lo mejor: Coppola, la banda sonora, la ambientación, el prólogo, las escenas en el castillo,el vestuario, Gary Oldman. El “He cruzado océanos de tiempo para encontrarte”.

Lo peor: Es poco fiel a la historia contada en la novela.

Corren malos tiempos para los amantes del cine de vampiros en la actualidad. Reducidos a simples versiones adolescentes en su mayoría, son pocas las ocasiones en las que podemos disfrutar a día de hoy de un vampiro de verdad. No nos equivoquemos, un vampiro siempre ha sido un ser lleno de oscuridad, maldad, y con infinitas ganas de tomar sangre de sus víctimas. Son hijos de la noche que vagan sin un rumbo fijo debido a su inmortalidad.

ROBERTO VILLODRES

 

 

 

Tráiler de Drácula

 

Ficha técnica

Título: Drácula de Bram Stoker
Título original: Bram Stoker’s Dracula
Director: Francis Ford Coppola
Guión: James V. Hart (Novela: Bram Stocker)
Música: Wojciech Kilar
Fotografía: Michael Ballhaus
Reparto: Gary Oldman, Winona Ryder, Anthony Hopkins, Keanu Reeves, Richard E. Grant, Cary Elwes, Sadie Frost, Tom Waits, Bill Campbell, Monica Bellucci, Jay Robinson
Productora: Columbia Pictures / American Zoetrope / Osiris Films
Año: 1992
Duración: 130 min.
País: Estados Unidos

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