Interstellar

Interstellar: Inteligencia emocional

Interstellar – En un futuro no demasiado lejano, la supervivencia del hombre en la Tierra tiene los días contados. La sobre explotación de los recursos naturales ha vuelto a la naturaleza en contra de aquellos que llevan siglos aprovechándose de ella. Las plagas destruyen las cosechas y fuertes tormentas de polvo azotan pueblos y ciudades.

Es el nacimiento de una nueva era. Una era en la cual la prevención prima sobre el exceso, y el primitivismo sobre el progreso. Un granjero y antiguo piloto aéreo, interpretado por el resucitado en pantalla Matthew McConaughey, será el encargado de guiar una tripulación al espacio, con la esperanza de encontrar la solución a los problemas terrestres en otros planetas que puedan albergar la vida.

Así da comienzo el primer acto de la profecía cinematográfica que nos presenta Interstellar (Christopher Nolan, 2014), estrenada simultáneamente en todo el mundo y, como suele ser costumbre en el director, rodeada de un gran secretismo cuya única grieta vienen a ser los trailers demasiado reveladores que llevan circulando por la red desde hace casi medio año. Es de suponer que quien se haya decidido a ojear esta crítica estará mínimamente familiarizado con la obra anterior del señor Nolan. Por ello, las siguientes líneas están especialmente dedicadas a sus fervientes discípulos, a sus simples seguidores y, como no, a sus detractores.

Cientos y cientos de espectadores salen este primer fin de semana de las salas de cine con unas cuantas neuronas menos que cuando entraron dos horas y cuarenta minutos antes, arrepintiéndose de no haber asistido previamente a un curso intensivo de Física Cuántica. Seguramente, el tema de conversación de vuelta a sus casas gire en torno a lo complicado que les ha parecido el argumento, y sobre como Gravity (Alfonso Cuarón, 2013) era mucho más llevadera y todo se entendía mejor.

Sin embargo, hay algo que muchas de estas personas no se han parado a pensar. La trama no es el elemento de confusión, sino que lo son las bases científicas en las que esta se sustenta.
Si el otro gran puzzle mental de Nolan, Origen (Inception, C. Nolan, 2010), partía de una teoría completamente ficticia para maquetar desde cero un universo verosímil, Interstellar parte de teorías reales formuladas en su día por Einstein para introducirse de lleno en la ciencia ficción realista, y por ello es necesario una explicación continua de estas a lo largo de toda la película. Realmente, la grandilocuencia de ciertas secuencias se debe a la insistencia de los personajes en dejar claro al espectador la razón de esta grandilocuencia. No obstante, recordemos ante qué director estamos.

Nolan no tiene ni un pelo de tonto. Hay un par de secuencias, una de ellas protagonizada por el personaje de Anne Hathaway SPOILER tras su regreso del primer planeta potencialmente habitable, FIN SPOILER donde la emotiva interpretación de los actores reduce al silencio lo que hubieran sido páginas enteras de explicaciones acerca de la teoría de la relatividad.

Sin duda, uno de los puntos fuertes de la forma en la que se nos cuenta la historia en Interstellar reside en la facilidad que tiene Nolan para relacionar lo épico con lo íntimo, construyendo, por una parte, una película pre-apocalíptica a través de una pequeña familia que vive aislada entre campos de maíz y, por otra parte, una odisea espacial a través de una pequeña tripulación de cuatro personas y un par de robots de aspecto minimalista. Sinécdoques narrativas cuya finalidad es la de empatizar al máximo con unos personajes dañados por el peso del cometido que se les ha encomendado.

Entonces, si se trata de contar un relato sobre las personas… uno se pregunta el porqué de tanta verborrea pseudo-científica. ¿Para aportar complejidad a una historia cuya sinopsis se antojaba demasiado simple? ¿Para demostrar racionalmente al público la posibilidad real de tener que enfrentarse en un futuro próximo a un mundo como el que se nos muestra en pantalla? Probablemente sea para dar sentido al mensaje de la película, por si hace falta recordar de nuevo que nos encontramos ante un cineasta que es capaz de hablarnos sobre el concepto de la justicia del caos hasta en un blockbuster en toda regla como es El Caballero Oscuro (The Dark Knight, C. Nolan, 2008).

Interstellar es, al fin y al cabo, un poema visual sobre el amor, esa alteración cuya naturaleza humana es incluso cuestionada por los personajes. El amor se postula como el único proceso inexplicable en un largometraje plagado de ecuaciones matemáticas, tiempos y espacios relativos, terceras, cuartas y quintas dimensiones. El amor como causa de todas y cada una de las acciones que ponen en marcha la misión espacial y que, por lo tanto, dan sentido a la historia que se nos cuenta.


Tras más de dos horas de auténtico espectáculo, llegan los últimos quince minutos de metraje. Y por favor, ruego desde aquí una atención muy especial a ese tramo final, totalmente prescindible desde un punto de vista narrativo. ¿Por qué existen esos últimos quince minutos de película? Por la misma razón que la última media hora de Inteligencia Artificial (Artificial Intelligence, Steven Spielberg, 2001). Porque se trata de toda una declaración de intenciones. Porque Nolan, al igual que lo hizo Spielberg en su momento, se descubre finalmente ante su audiencia como un cineasta tremendamente emocional pese a llevarnos dando pistas de ello durante toda la película y, si se me apura, desde El truco final (The Prestige, C. Nolan, 2006).

Un cineasta capaz de manejarnos a su antojo hasta el punto de extasiarnos sentimentalmente. Ahora te subo la música y te emocionas, ahora ténsate porque te la bajo, o directamente te la quito y te dejo contemplar la inmensidad del universo. Y señor Nolan, sepa usted que estas maniobras son en ciertas ocasiones demasiado descaradas, pero ¿acaso los asistentes a las proyecciones de La llegada del tren (L’arrivée d’un train, Hermanos Lumière, 1895) no huían despavoridos cuando veían la locomotora acercarse a la pantalla?

JUAN PRIETO

Trailer de Interstellar

Ficha técnica

Título: Interstellar
Título original:
Interstellar Interstellar
Director: Christopher Nolan
Guión: Jonathan Nolan, Christopher Nolan (Historia: Kip Thorne)
Música: Hans Zimmer
Fotografía: Hoyte van Hoytema
Reparto: Matthew McConaughey, Anne Hathaway, Jessica Chastain, Bill Irwin, John Lithgow, Casey Affleck, David Gyasi, Wes Bentley, Mackenzie Foy, Timothée Chalamet, Topher Grace, David Oyelowo, Ellen Burstyn, Michael Caine, Matt Damon
Productora: WB / Paramount Pictures / Legendary Pictures / Amblin Entertainment / Lynda Obst Productions
Año: 2014
Duración: 169 min.
País: Estados Unidos

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