Todas las películas tienen “algo”. Una secuencia que nos impacta por su crudeza, una banda sonora que hipnotiza, e incluso algunas tienen ese “algo” que no sabemos qué es, pero que nos encanta.
Hoy os numeramos algunas películas que entre su punto fuerte tienen la estética. Esa iluminación, vestuario, colores o ambientación, que le aportan al film algo distintivo que provoca que recordemos la película, tanto por su historia como por sus colores y belleza.
Entre estas películas, que aparte de ser buenos films, son “bonitas”, tenemos entre otras muchas:
– Blade Runner (1982), Ridley Scott no solo cuenta una buena historia, influye en el cine con esa ciudad medio oscura, ejemplo de un futuro sombrío, llena de una constante lluvia y luces de publicidad. Todo al ritmo de Vangelis. Black Rain continuaría con el estilo.
– Zatoichi (2003) Takeshi Kitano narra una historia de samurais con un filtro que apaga los colores para darle un toque especial a otros. Premio a mejor fotografía, montaje e iluminación.
– Excalibur (1981) John Boorman realizó una enigmática película con un cromatismo fantástico, gracias a unos destellos verdes y brillantes que impregnan el film de un halo de misterio y magia.
– Mapa de los sonidos de Tokio (2009), Isabel Coixet nos solo nos regala una historia de amor, si no que nos enseña un sin fin de colores y una iluminación de la ciudad de Tokio que sirve para que uno mire y se relaje.
– La delgada línea roja (1998) si algo tiene Terrence Malik es la utilización de una gran fotografía en sus películas. Si os gustan los paisajes eternos y de fantásticos colores verdes salpicados de rayos de sol, esta es la película.
– Legend (1985), un caso peculiar, una pequeña película de Ridley Scott cuyo maquillaje y belleza de sus imágenes la convierten en más que curiosa.
– La casa de los 1000 cadáveres (2003) con un uso abusivo de la estética por parte de Rob Zombi, con asesinatos, pantallas partidas y la utilización de miles de colores.
– Dick Tracy (1990) realmente un cómic en pantalla grande, con colores chillones (lilas y amarillos) y malvados sobre-actuados gracias a sus maquillajes grotescos. Vittorio Storaro es el responsable de la fotografía y el diseño de vestuario.
– Dolls (2002) Kitano crea una fantástica composición de imágenes y colores que se convierten en poesía para contar las más trágicas historias. Una experiencia visual contada a ritmo de Bunrakus (Teatro de marionetas japonés).
– My Blueberry nights (2007) siguiendo con otra cinta de un director oriental, Wong Kar-Wai une una buena historia junto a unos colores saturados que atraen al espectador. Transiciones y fundidos a negro, provocan que resulte un film agradable de ver, creando la sensación de estar observando una parte muy íntima de alguien. Y todo gracias a los colores.
– Sillent-Hill (2006), de Christophe Gans, con una ambientación y fotografía llena de sitios oscuros, acompañados por una sirena sonando cada vez que llega la oscuridad y una lluvia ceniza que aportan a la trama algo necesario y estético. Rodada en formato súper 35, excepto escenas oscuras rodadas en alta definición, para captar la luz y modificarla posteriormente en postproducción.
– Sky Captain y el mundo del mañana (2004) Kery Conran realiza una película completamente digital para mostrar una estética futurista en los años 40. Ciertamente es todo lo que tiene el film, el guión es flojo y no acompaña al buen trabajo que aportan las imágenes.
– Salvar al soldado Ryan (1998) Spielberg recrea la invasión de Normandía por parte del ejército Estadounidense, colocando las cámaras en lugares estratégicos para captar las reacciones de los actores, y acercarlos al público. Con una fotografía que obtuvo un Oscar, el director retoca los colores para aportar un tono gris a toda la cinta.
– Melancolía (2010) drama psicológico que combina imágenes oníricas respaldadas con la música de Wagner, genial. Posiblemente se trate de una obra de arte, más que de una película.
SALVA VILA
También te va a interesar:
Genial entrada en la web!!! Me encanta!!!