Se ha ido el maestro. El mundo no volverá a ser el mismo así despedía Rick Baker el que fuera su mentor y genio del maquillaje Dick Smith.
Linda Blair convertida en un amasijo de llagas y pus que gira totalmente la cabeza en El Exorcista, Vito Corleone o un Marlon Brando aparentando mucha más edad y con una prótesis en la boca o la cabeza que explota en Scanners són algunas imágenes que forman ya parte de la historia del cine.
Dick Smith ha sido el padre del maquillaje moderno en el cine. Aquél que no usaba máscaras y permitía mostrar la expresividad del actor. Usando trozos de látex, por nombrar el material más popular, y aplicándolo en zonas concretas del rostro del intérprete durante varias horas. Su trabajo envejeciendo a F. Murray Abraham, que contaba con treinta años, en Amadeus le valió el Oscar en 1984. Pero Smith empezó mucho antes, trabajando en el departamento de maquillaje de la NBC donde se le acreditó en más de 60 títulos. Entre ellos La dimensión desconocida (The Twilight zone).
Con El Exorcista tendría como pupilo Rick Baker, que se convertiría en otro grande, ganador del Oscar por su trabajo en Un Hombre lobo en Londres. Smith contó que su vocación le vino después de encontrar en una biblioteca un libro sobre caracterización. Trabajó activamente en el cine desde que debutara con El Padrino y coincidió con muchos nombres ilustres como Martin Scorsese y Robert DeNiro para Taxi Driver, memorable el baño de sangre final.
Pero si por algo será recordado Smith es por conseguir envejecer de un modo creíble a los actores (además de por Scanners claro). Algo que hizo con Dustin Hoffman en Pequeño Gran Hombre mostrándolo com si tuviera 120 años o con Mel Gibson como un septuagenario en Eternamente Joven.
Apodado como El Padrino del maquillaje, maquilladores como el citado Baker pero también Howard Berger, Greg Nicotero o Rob Bottin lo citan siempre como fuente de inspiración. Su gran trabajo nos acompañará para siempre.
Dick Smith (1922-2014)
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