Este viernes en la siempre apasionante Phenomena Experience en su versión Grindhouse, y sin llenar hasta la bandera, pudimos disfrutar de dos clásicos del cine como son Desparecido en combate (Missing in action, 1984), del gran Chuck Norris, y Furia Oriental (Fist of Fury, 1972), del maestro Bruce Lee, en la impresionante pantalla del Cine Urgell de Barcelona.
Como siempre nuestro querido Nacho, el artista eternamente conocido como El calvo de Phenomena, hizo su introducción agradeciendo la asistencia y disculpándose de antemano por el doblaje y los subtítulos de Furia Oriental, para finalmente dar paso a los anuncios, en esta ocasión Ninguno de los tres se llamaba trinidad (1973), McQuade, el lobo solitario (Lone Wolf McQuade, 1983) y El abuelo congelado (Hibernatus, 1969).
Película absolutamente mítica para toda una generación, Desaparecido en combate pretendía en su momento aprovechar el tirón comercial del superclásico de Stallone, Acorralado (First blood, 1982), y ha acabado por convertirse en película de culto gracias en gran parte al actor que da vida al bravo y pelirrojo Coronel Braddock, el gran Chuck Norris. La película ciertamente ha envejecido y su ritmo parece quizás demasiado lento hoy en día, pero tiene algunas escenas absolutamente geniales, concretamente una en que se cuela en la habitación de la chica y otra larguísima escena en que se cambia de camisa sin ninguna prisa. No hace falta decir que varias escenas del filme arrancaron fuertes carcajadas entre el público de Phenomena.
Proveniente del mundo de las artes marciales, y con la ventaja de ser de los primeros blancos en luchar a gran nivel con un estilo oriental adaptado a su pose de duro macho cabrío, Chuck Norris llegó a enfrentarse en la gran pantalla a mitos de las artes marciales tan conocidos como el própio maestro Bruce Lee o el desgarbado David Carradine, conocido primero como el inconfundible pequeño saltamontes y más recientemente como el temido Bill de Tarantino. Actualmente su nombre se asocia inevitablemente a la fiebre Chuck Norris que arrasa Internet y le ha convertido en un inesperado gigante del ciberespacio, donde su nombre es usado en mil chistes como referente de tipo duro.
Dirigida por Joseph Zito, que dirigió también a Chuck en Invasión USA (Invasion U.S.A., 1985) Desaparecido en combate, que tuvo dos secuelas, nos narra la historia del Coronel Braddock, que esta fuertemente perturbado tras haber estado prisionero durante siete años en un campo de concentración para prisioneros en Vietnam. Ante la insistencia del gobierno vietnamita en negar la existéncia de estos campos, decide viajar al país oriental con una delegación americana, para una vez allí fugarse y intentar rescatar a tantos compatriotas suyos de ese infierno como pueda.
Sorprende en el filme la presencia del actor James Hong, que trabajó en el clásico Blade Runner (1982) y recientemente hemos oído poniendo la voz con mucho éxito al padre de Kung Fu Panda en las dos entregas de la saga o como embajador chino en la serie El ala oeste de la Casa Blanca (The West Wing, 1999–2006).
En segundo lugar Phenomena nos ofreció Furia Oriental, de Bruce Lee, precedida de los tráilers de La leyenda de Bruce Lee (Li Xiao Long di Sheng yu si, 1973) y El pequeño padrino de Hong Kong (Little Godfather from Hong Kong, 1974). Como Nacho nos había advertido, efectivamente la película estaba doblada al inglés com muy poco acierto, y subtitulada con todavía menos habilidad, a pesar de lo cual fue un placer poder gozar del gran espectáculo que es Bruce Lee en pantalla grande.
Furia Oriental, dirigida y escrita por Wei Lo, esta ambientada en el Shangai de 1908, y nos cuenta la historia de Chen Zhen, interpretado por Bruce Lee, que es alumno de una escuela china de artes marciales que entra en guerra con una escuela japonesa responsable de la muerte del maestro de Chen. A partir de aquí, la película es un sinparar de lucha y espectáculo de la mano de este genio de las artes marciales, que despliega todo su repertorio en diversas escenas absolutamente impresionantes. El filme, que también arrancó risas entre los asistentes en diferentes secuéncias, sobretodo por sus parcos diálogos y toques de inocente humor, parece haber resistido bien el paso del tiempo, ya que al ser un clásico de estilo oriental, la estética no parece haber perdido vigéncia. Destaca una impresionante banda sonora que no por su repetitividad pierde la fuerza que la caracteriza.
En conclusión, otra gran noche de Phenomena Grindhouse en Barcelona, sin la masiva asistencia de los eventos centrales de Phenomena Experience pero con la presencia de los fieles a esta exitosa iniciativa, que parece ganar más y más adeptos una vez cumplido su primer año de existéncia.