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Canibal


Carlos, el sastre más prestigioso de Granada y un hombre respetable. Su vida es el trabajo y comer. Pero no cualquier cosa. Carlos es caníbal. Se alimenta de mujeres. Turistas, forasteras, desconocidas con las que no tiene ningún vínculo emocional.
Pero todo eso cambia el día que conoce a Nina, una joven rumana que busca desesperadamente a su hermana gemela, desaparecida días atrás. La hermana se llama Alexandra, trabajaba como masajista y era vecina de Carlos. Nina está desesperada y necesita ayuda. Carlos es su única esperanza.

Una gasolinera en la noche, silencio, títulos de crédito, en una larga secuencia donde alguien vigila desde la distancia como una siluetas rellenan su depósito, de esta manera el director Manuel Martín Cuenca nos pone de manifiesto cuales son sus intenciones. Una historia que se cuenta con imágenes, con pocos diálogos y con muchos silencios.

El director humaniza la figura demoníaca de un verdadero caníbal, que vive con absoluta normalidad pese a su peculiar forma de alimentarse y de los asesinatos que debe cometer para conseguirlo.
Pero que nadie se espere un thriller o una película con imágenes incómodamente desagradables, la historia está contada desde la calma, el sosiego y con todas las cartas sobre la mesa,no hay lugar para la sorpresa, lo que se busca es ahondar en las entrañas del personaje para lograr entenderlo.

Visualmente la película es sobresaliente, las imágenes hablan por si solas y es por ello que los diálogos no abundan en la película. Las calles de Granada y Sierra Nevada son un excelente entorno y una gran elección por donde transcurre la historia.

Construye un psicópata frio y distante, sin necesidad de estridencias, que horroriza al espectador y que es el absoluto protagonista de la cinta. La lucha de una mujer por hacerle cuestionar la racionalidad de sus actos es el leitmotiv que utiliza el director para hacer avanzar de forma algo lenta la película.
Nuestro protagonista se enfrenta a sus propios fantasmas, encarnados por la gemela Nina que busca desesperadamente a su hermana asesinada por el sastre. La conciencia del caníbal empezará a resquebrajarse de forma progresiva hasta llegar a cuestionarse la validez de sus actos.

El personaje es distante de principio a fin, en exceso, y eso dificulta poder empatizar con él.

Paradójicamente pese a sus pocas lineas de texto Antonio de la Torre logra una interpretación brillante, un actor es mucho más que sus dialógos, y eso es lo que nos demuestra el andaluz; su expresión, sus movimientos, sus silencios, todo es fruto de un elaborado trabajo de preparación que esperemos le valga para llevarse el Goya.
Sin desmerecer al director en ningún momento, la película es Antonio de La Torre.
Le acompaña interpretando los dos papeles de las gemelas la deconocida actriz Olimpia Melinte que debuta en una cinta española. La segunda de las gemelas, Nina, constituye algún reto más para la rumana, que lidiará con los demonios del protagonista para lograr racionalizar sus actos.


Una buena cinta, nos encanta que sea arriesgada, como nos tiene acostumbrados Martín Cuenca, pero que cierra de forma algo dudosa y que muestra algunas incoherencias en el guión dando por supuesto que la desaparación de forma habitual de personas en la zona no despierta ningún tipo de sospecha.
Pero tengo la sensación que esos aspectos están obviados de forma consciente para no distraer al espectador, para que centre absolutamente la atención en lo realmente importante de la película, el dialogo entre el mal y el amor.

 

JORDI FREIXEDAS


 
 

Trailer de Canibal


 
Título original
Caníbal
Año
2013
Duración
116 min.
País
España
Director
Manuel Martín Cuenca
Guión
Manuel Martín Cuenca, Alejandro Hernández
Fotografía
Pau Esteve Birba
Reparto
Antonio de la Torre, Olimpia Melinte, María Alfonsa Rosso, Joaquín Núñez, Gregory Brossard
Productora
Coproducción España-Rumanía-Rusia-Francia; La Loma Blanca / Mod Producciones / CTB Film Company / Libra Film / Luminor

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