Freder, hijo de Fredersen, dueño de Metrópolis, vive como en un sueño en su fantástico mundo ideal. Hasta que un día descubre la pobreza de los obreros y el abuso al que están sometidos. Enamorado de María, una joven que quiere movilizar a los obreros con buenas palabras, entra en el submundo de las máquinas y de los trabajadores para estar cerca de ellos. Mientras Rotwang, el sabio y amigo de Fredersen, está construyendo un robot al que le quiere implantar la apariencia de María para movilizar a la masa obrera con violencia, para así tener la excusa de usar la fuerza contra ellos.