Whitney Houston, la reina negra del pop de los 80 y los 90, con un historial turbulento de abusos de drogas, murió este sábado a los 48 años en un hotel de Beverly Hills donde estaba preparándose para una fiesta antes de los premios Grammy que organizaba Clive Davis, el magnate musical. Él fue quien descubrió a Whitney mientras cantaba años atrás con su madre en un club de New Jersey. Su descubridor optó por seguir con la celebración prevista en el mismo hotel donde el cuerpo de Houston seguía cuatro horas después de su descubrimiento. «Ella habría querido que la música continuara. Ella llenaba de gracia el escenario con una presencia majestuosa«, dijo Davis.
La policía de Beverly Hills confirmó que el servicio de emergencias acudió a la llamada del hotel y encontró el cuerpo de Houston en la habitación sobre las tres y media de la tarde hora de California (las doce y media de la noche en la Península). Los médicos trataron de reanimarla durante unos 20 minutos sin éxito. La policía asegura que el cuerpo no presentaba signos de violencia, aunque aún investiga la causa de la muerte. Inevitablemente, la gala de los Grammy se convertirá este domingo en un homenaje a la cantante. Jennifer Hudson y Chaka Khan ya han anunciado que interpretarán en su honor.
A la estrella la sobreviven su hija Bobbi Kristina y su ex esposo Bobby Brown, con el que compartió peleas, celos profesionales y adicción a la cocaína y a la marihuana hasta su divorcio en 2007. Brown se enteró de la muerte de Houston mientras actuaba en Mississippi y rompió a llorar en el escenario varias veces. Al final de una canción gritó, «Whitney, I love you!» y lanzó un beso al cielo. En otro momento, pidió al público que cantara con él mientras lloraba.
La diva Whitney Houston nació en Newark (New Jersey) en agosto de 1963 en una familia de sólidas raíces musicales. Su madre, la cantante gospel Cissy Houston, era prima de Dionne Warwick, una de las grandes damas del soul y el pop en Estados Unidos. La llamada reina del soul, Aretha Franklin, fue la madrina de nacimiento de Houston. De niña cantó en su iglesia, de afiliación baptista, dando pruebas de su potente voz a edad muy temprana.
En 1985 Houston publicó su primer disco, con la compañía Arista, con la que permanecería hasta sus últimos trabajos. En él mezclaba el soul con animadas melodías, muy bailables, que acabaron convirtiéndose en emblemas de aquella década, como How will I know. El álbum llegó al número uno de la lista Billboard y dio tres singles que también llegaron a lo más alto de esas clasificaciones. Vendió 13 millones de copias. Repitió el éxito con su segundo disco, Whitney, que la consolidó como una potente fuerza en el mundo del pop. El primer single de ese álbum, I wanna dance with somebody (who loves me), llegó también al número uno de las listas en diversos países. El punto máximo de su fama mundial le llegó, sin embargo, con la que sería la incursión más exitosa de las tres que realizó en el cine: El Guardaespaldas (The bodyguard, 1992), en la que trabajó junto a Kevin Costner. Houston actuó en el largometraje y grabó para la banda sonora una versión de la canción I will always love you, de Dolly Parton. El sencillo estuvo 14 semanas en el número uno de la lista Billboard y se convirtió en el más vendido en la historia por una cantante femenina. El disco tuvo dos nominaciones a los premios Oscar por dos canciones diferentes (Run to you y I have nothing) y la banda sonora vendió 17 millones de copias.
Posteriormente participó también en la películas Esperando un respiro (Waiting to exhale, 1995) junto a Angela Bassett y bajo la dirección de Forest Whitaker, donde nos dejó otro gran single como Exhale (Shoop Shoop), y en La mujer del predicador (The Preacher’s Wife, 1996) junto al actor Denzel Washinton.
Houston ganó en vida seis premios Grammy, en reconocimiento a una voz a la que la crítica consideraba unánimemente un portento, y vendió unos 170 millones de discos, consiguiendo 22 premios musicales, más que ninguna otra mujer en Estados Unidos, hasta que la cantante se zambulló en un autodestructivo ciclo de drogadicción. El detonante que cambió su vida fue su matrimonio con el también cantante Bobby Brown, de quien acabaría divorciándose en 2006. Desde entonces, su comportamiento, en escena y fuera de ella, pasó a ser cada vez más errático. En 2000, el compositor Burt Bacharach prescindió de ella en la cohorte de artistas que iban a cantar en la ceremonia de entrega de los premios Oscar por sus desplantes y fallos de voz. Iba a interpretar Over the rainbow, de El Mago de Oz. El mismo año, la policía del aeropuerto de Hawai la sorprendió con marihuana en su bolso. Ella se fugó antes de que la pudieran interrogar.
Al año siguiente, en julio de 2001, tomó parte en un concierto de homenaje a Michael Jackson, en el Madison Square Garden de Nueva York. Cantó Wanna be startin somethin. Estaba esquelética, con los brazos y piernas extremadamente delgados. Su prodigiosa voz se había esfumado. Las revistas del corazón comenzaron entonces a especular sobre su gusto por drogas más duras que la marihuana. Su carrera se resintió. y el disco Just Whitney, de 2002, fue un fracaso. Debutó en el número tres de la lista Billboard y vendió solo 200.000 copias. Finalmente, ingresó en rehabilitación en dos ocasiones, en 2004 y 2005. En aquel entonces la presentadora Diane Sawyer le preguntó en una entrevista televisiva sobre los rumores de su adicción al crack. «El crack es barato. Gano demasiado dinero para fumar crack. Que quede claro. Yo no fumo crack. Es una mierda«, dijo, en unas declaraciones que dieron la vuelta al mundo.
Aparte de un disco de temas navideños, hasta 2009 no volvería a publicar material original. Presentó un último álbum, I look to you, hace tres años, en el programa de televisión Good Morning America. En el directo quedó constancia de que la voz no había regresado. Fue una debacle. En una gira internacional que comenzó en febrero de 2010 recibió duras críticas por sus malas actuaciones en Australia y Gran Bretaña. Desorientada sobre las tablas, fue incapaz de sostener las notas de la canción I will always love you.
Oprah Winfrey la entrevistó en 2009. De su voz, la célebre presentadora, le dijo: “Era un portento nacional. ¿Qué pasó?”. Houston culpó a su exmarido de su deterioro. «Algo le pasa a un hombre cuando su mujer alcanza una fama mayor», dijo Houston en aquella entrevista. Del matrimonio solo quedaron malos recuerdos. Él le llegó a partir un labio y ella le abrió la cabeza con un teléfono.
En el momento de su muerte, Houston planificaba su enésimo retorno. El pasado mes de septiembre, la revista The Hollywood Reporter había anunciado que participaría en un remake de la película de 1976 Sparkle. Este fin de semana, antes de su muerte, los medios norteamericanos habían revelado además que se le había ofrecido un puesto como juez en el programa de telerrealidad musical The X Factor.
Whitney Houston quedará para siempre en nuestro recuerdo a través de sus canciones, algunas de las cuales son y serán eternas, como por su inolvidable personaje en El Guardaespaldas (The bodyguard, 1992). Whitney, no te olvidaremos.