Un amor entre dos mundos comienza como una especie de aventura fantástica de ciencia-ficción, rápidamente puesta en antecedentes con una narración ligeramente enrevesada en la que rápidamente se nos sientan las bases sobre las que gira este sorprendente mundo en un sistema solar que es el único con dos gravedades. El preludio nos ofrece el típico momento dramático del pasado que inevitablemente marca el futuro de la trama. A partir de aquí, el filme nos sitúa en un mundo dividido entre la gente del mundo superior y la gente mundo inferior, cada uno atraído a su propio suelo por su gravedad, que afecta a personas y objetos pertenecientes al mismo atrayéndolas implacablemente hacia el lado al que pertenecen. Evidentemente, la división de los mundos es también a nivel económico, quedando un mundo adinerado que desprecia al otro y que intenta mantener la segregación entre ambos permanentemente. Es un entorno tan parecido al extraordinariamente polarizado mundo actual que ni siquiera puede considerase una metáfora, sino un simple reflejo o incluso caricatura del mismo.