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Christopher Walken en Sitges 2016

«No estoy seguro que actuar se pueda enseñar»

Esta mañana aproximadamente un día después de Bruce Campbell una gran figura del cine americano ha revelado su presencia. Chrisotpher Walken (1943) se ha deslizado hasta el centro de la mesa de la sala conferencias del Hotel Melià. El Festival le otorga el Gran Premio Honorífico a este actor que tan cómodamente se ha movido en el género fantástico.

Con la sala llena a rebosar Walken ha respondido relajadamente y con buen humor a las preguntas de la prensa. Ha comentado aspectos de sus inicios, su modo de trabajo, y ciertas escenas puntuales que le han valido el reconocimiento unánime de público y crítica. Como la escena que mantiene con Dennis Hopper en Amor a quemarropa (True Romance, 1993) o el monólogo de Pulp Fiction sobre el reloj del padre de Bruce Willis.

«No conocía a Dennis Hopper, cuando terminamos la escena dijimos, hemos echo un buen trabajo, y nos fuimos a comer»

Walken ha explicado que después de terminar el instituto no sabia qué hacer y que el mundo del espectáculo le pareció buena idea. «Además el actor’s studio era un buen lugar para conocer chicas.» Walken ganó el Oscar de la academia por El Cazador (The Deer Hunter, Michael Cimino, 1978) con quien posteriormente trabajaría en La puerta del cielo (The heaven’s gate, 1980). Película que fue un desastre económico cuando según en palabras de Walken todo el mundo creía que estábamos rodando el nuevo Lo que el viento se llevó (Gone with the wind, Victor Fleming, George Cuckor, Sam Wood, 1939). Sobre las posibles causas de este descalabro Walken comenta cómo el rodaje previsto para cuatro meses se alargó hasta ocho y que nadie en el estudio sabía lo que estaban haciendo. Había una gran expectación pero también una sensación de angustia y desconfianza por parte del estudio que no benefició en nada a la película. Aún así «la película ha vuelto a estrenarse en EEUU y creo que el público la está apreciando».

Sobre su relación con los directores afirma llevarse muy bien con Abel Ferrara con quien ha trabajado seis veces. «Vivo a dos horas de Nueva York y cada vez que viene a verme le ponen dos multas una cuando está de camino y otra cuando vuelve, es un conductor terrible.» Entre sus colaboraciones más destacadas se cuentan El rey de Nueva York (King of New York, 1985) «era de muy bajo presupuesto, llevábamos nuestra propia ropa»,  El funeral (The funeral 1994) o The addiction (1995).

Sobre el proceso de actuar ha comentado que al principio de su carrera hacia investigación cuando tenia que afrontar un personaje pero que eso no le dio buen resultado. De modo que se lee y repite el guión,  incluso pronunciándolo con  voces distintas » Bugs Buny o Woody Allen, soy un imitador malísimo pero nadie se da cuenta», «Soy muy lento aprendiéndome el texto».  » Brando decía que hacer una película es como tirar los dados, estoy de acuerdo con eso». Walken dice que los buenos actores se leen el guión y tratan de improvisar y añadir elementos espontáneos. Y ha puesto el ejemplo de mantener un diálogo con alguien del público aprovechando que se llena un vaso de agua. «Los buenos directores buscan estos pequeños accidentes»

ROGER MONTFORT