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Mohenjo Daro

Erase una vez en la India. Toda película que nos narra una parte de la cultura de este país asiático tan atractivo, exótico y exitoso a partes iguales debería empezar con esta leyenda. Sin ir más lejos, Erase una vez en la India era el subtítulo que recibía en nuestro país Lagaan, una película del director Ashutosh Gowariker estrenada en el año 2003 en España. 

Trece años más tarde, se estrena en salas simultáneamente en su país de origen, Mohenjo Daro, para hablarnos no sólo de la historia que originó la India, sino de su pre-historia.


Vamos por partes: Desde hace unos meses viene siendo costumbre (y muy gratificante) encontrar estrenos simultáneos de producciones de Bollywood en nuestro país, producciones que en su país generan millones de rupías y que aquí llegan a apenas tres o cuatro salas españolas, algunas más allá de Madrid y Barcelona, y eso es un cambio que sin duda, atrae más al espectador a la sala. 

Tras este apunte, Mohenjo Daro es lo que puede ser perfectamente un Blockbuster directo de la India, con su cantidad de épica y efectos especiales que nada tienen que envidiar a los de la industria de Hollywood.


Entramos de lleno en una historia que nos narra el mito de Sarman, un héroe hercúleo, que por cuestiones del azar (Como todas las hazañas épicas de héroe) se enfrenta en una navegación a tres cocodrilos de tamaño gigantesco, salvando a toda la tripulación del navio, por lo que al llegar a su pueblo, es nombrado héroe del lugar. 

Pero su heroicidad nombrada no le complace, ya que vive atormentado desde pequeño, por la muerte de sus padres, y una pesadilla le acontece todas y cada una de las noches. En ella entre otras cosas, se repite la imagen de un ser con un solo cuerno, y el nombre de una ciudad maravilla: Mohenjo Daro.

A partir de ahí el romanticisimo característico de este tipo de producciones salpicado con algún número musical marca de la casa, recorren el largo minutaje de la producción. Vemos como el actor Idolo de masas Hrithik Roshan encarna al héroe, como en otros films del estilo, coronando su interpretación con la de un plantel de secundarios perfectamente reconocibles en el star system indio. 

El director Ashutosh Gowariker mejora un poco la línea rocambolesca con la que dirigió Lagaan, Erase una vez en la India, dejando un poco de lazo esa mezcla estrambótica de cine histórico y deportivo, y se centro en lo épico y mitológico plagado de momentos románticos entre los protagonistas dando pie a una mejor película si cabe, que su último estreno aquí.  

Su banda sonora te direcciona a ese fantástico 2016 antes de Cristo, de manera que juega a su favor mucho la forma, junto con la fotografía, de digerir esta larga epopeya para descubrir un guión que incluso te puede provocar Deja Vu con respecto a otras películas de Bollywood, pero que cumple con las expectativas.

RAÚL MARTÍN

 
 

Trailer de Mohenjo Daro